Cómo influyen nuestros sentimientos en la toma de decisiones

¿Te gustaría saber cual es tu nivel de conciencia antes de tomar una decisión?

En la toma de decisiones  pueden influir, simplificando,  tres estados principales de conciencia. Estos son: la inercia, la dinámica y la pacífica. Cada una, está relacionada con diferentes niveles emocionales. Ser consciente de ello, te ayudará a situarte en el nivel correcto en función de los resultados que quieras tener.

El primer estado de "inercia" es un reflejo de los niveles emocionales de la apatía, la tristeza y el miedo. La naturaleza de estos sentimientos es la de interferir en nuestra concentración sobre la situación actual y combatir con nosotros, en lugar de concentrarse en nuestros propios pensamientos, muchos de los cuales están en el ámbito del "no sé", "no estoy seguro", y "no creo que pueda". 

La sucesiva repetición de este tipo de pensamientos, inútilmente cíclicos, nos vuelve temporalmente incapaces de percibir, en toda su dimensión y posibilidades, la situación que tenemos entre manos.

Mientras estos pensamientos y sentimientos negativos estén fluyendo a sus anchas por nuestra cabeza, será  difícil, para nosotros, llegar a una decisión. En ocasiones, es posible posponer la misma hasta que nos sintamos mejor. En ese caso, es lo más recomendable. Si esto no fuera posible, al final, optamos por una decisión que creemos que responderá a nuestras preguntas, o se hará cargo de la situación.  Pero siento comunicarte, que la decisión que resulta no es sostenible a largo plazo, porque se basó en el miedo, apatía o tristeza, y cuando el estado emocional cambie, la decisión deberá cambiar con él. De no ser así, esto conduce a la inseguridad interior, la ambivalencia, la confusión y la pérdida de confianza en nosotros y en nuestro entorno. Míralo de esta manera: basura dentro, basura fuera. Es decir, el resultado de tomar decisiones desde ese estado emocional será proporcional a la cantidad de miedo, apatía o tristeza que tengas.

El segundo estado, que es superior al de la inercia, es el de ser "dinámico/a". Las emociones subyacentes a este estado son las del deseo, la ira y el orgullo.  Estos sentimientos  interfieren bastante menos en la concentración que el estado inferior anterior debido a que algunos pensamientos positivos pueden fluir y mezclarse con los sentimientos
negativos. Este es el estado del "buscavidas". Aunque las cosas se logran, el rendimiento es inconstante debido a la  alternancia de pensamientos e ideas positivas y negativas.  

Los sentimientos negativos como la ambición, el deseo, o el "probarse uno mismo" llevan implícito, en ocasiones la toma de decisiones  compulsiva o impulsiva. El principal factor de motivación es el propio beneficio personal. Por lo tanto, estas decisiones tampoco  son sostenibles a largo plazo, ya que  se basan en una situación gano-pierdo y no en una situación gano-gano. La decisión gano-gano habría ocurrido si los sentimientos y el bienestar de las otras personas involucradas en la situación se hubieran tenido en cuenta.


El tercer nivel y el más elevado es el estado de "paz", basado en los sentimientos de coraje, la aceptación y el amor. Al ser estos sentimientos puramente positivos y no perturbadores, por su propia naturaleza, nos permiten concentrarnos completamente en la situación y observar todos los detalles pertinentes. Debido al estado de paz interior, la inspiración trae las ideas que resuelven el problema. En este estado, la mente está libre de preocupación, y su capacidad para comunicarse y concentrarse no tiene impedimentos. 

De este estado vienen las soluciones a los problemas, que se sitúan en un contexto gano-gano; ya que todos se benefician, todos aportan su energía al proyecto y el éxito es compartido por todos. Caracteriza a los nobles proyectos que dan lugar a profundas mejoras en nuestra sociedad. En este nivel, descubrimos que en una situación cuando las necesidades de todos confluyen, nuestras propias necesidades son satisfechas automáticamente. La mente creativa sin impedimentos, encontrará una solución donde todos ganen y nadie pierda.

Tú eliges desde qué nivel de conciencia quieres tomar las decisiones. Si al  fijarte en una situación, te das cuenta de que una solución gano-gano no es posible, eso debe advertirte de que quizás tengas sentimientos interiores de no entrega bloqueando una posible solución perfecta. Observa tu estado emocional y ajústalo para que te proporcione la decisión correcta.

Lo imposible se hace posible tan pronto como estemos totalmente entregados a la situación y decidamos en armonía con nuestro entorno y optando siempre por bien común.


Extraído de "LETTING GO: THE PATHWAY OF SURRENDER" de Dr. David  L. Hawkins







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