Antes de contarte mi historia, quiero hacerte algunas preguntas: ¿Tienes problemas de disciplina o
convivencia en el aula? ¿Te parecen todos los días iguales? ¿Estas harto/a de
seguir el mismo esquema, de ir con el piloto automático? ¿Te sientes abatido/a y triste antes de ir a
trabajar? ¿Te gustaría conectar mejor con tus alumnos?
¿Quieres saber cómo pasar de ser un profe sumido en el caos o la rigidez a un docente consciente y feliz? Pues, voy a contarte cómo lo hice yo.
Los años vuelan, no hace
falta que os lo diga, y si no sois felices en vuestra profesión, cuando os decidáis
a dar el paso de hacer algo diferente, algo que cambie vuestro estilo de vida y
vuestra forma de dar clase, quizás ya sea demasiado tarde. No porque no sea
posible, sino porque habréis perdido un tiempo precioso estando tristes y aburridos,
que es justo lo contrario de ser felices.
Siempre digo que el primer
paso no te lleva donde quieres ir, pero te saca de donde estás. Y yo di ese
paso por varios motivos. El principal, la tristeza, también el vacío y por último
las pocas ganas de ir a trabajar. ¿Te suena?
Me encantaba la docencia, sobre todo, despertar la curiosidad de mis alumnos y alumnas. Lo
que me hundía a mí, fue más bien la rutina, la burocracia, los currículos cerrados,
en fin, la institución en sí misma, politizada y sin alma. Perdí la ilusión.
Mas de 20 años dedicados a
la docencia en diferentes etapas y en diversos centros educativos públicos, empezaron
a pesarme como una mochila cargada de piedras, sin vida. Por suerte, esta etapa
la transité muy bien acompañada de buenas amigas y compañeras. Sus palabras sabias,
algunas de aliento, otras de firmeza y desafío y sobre todo la consideración
que me tenían, su confianza en mis opiniones, en mi manera de ver la vida, me
hicieron redescubrirme y volví a creer en mi. Sola, no lo hubiera conseguido. Sin
duda, ellas me facilitaron la llave que me permitió reencontrarme con mi
auténtico yo.
Llevaba años echando de
menos la Psicología, así que retomé el estudio de mis autores favoritos. Cada
libro me llevaba a otro, cada teoría a una nueva y las terapias de tercera
generación conquistaron mi corazón y mi cerebro. Hice cursos para actualizarme
y abrí un gabinete.
Curiosamente, empecé a
trabajar con adolescentes. Y con ellos comencé a crear mi método, que, para
describir brevemente, diré que partía de la relajación y del Mindfulness para después
ayudarles a descubrir y usar sus fortalezas. Como veía que funcionaba y que mis chicos
mejoraban sus notas y su manera de verse a sí mismos y al mundo, empecé a incorporar en mis clases estas técnicas y practicar
una educación centrada en el SER y para CONVIVIR que muy pronto comenzó a dar
buenos resultados.
Descubrí que se me daba
bien, que disfrutaba en clase con mis alumnos. Que nuestra conexión se había fortalecido
y que yo ya no me sentía igual que antes. Me ilusionaba ir a trabajar, entrar
en mi aula y crecer emocionalmente junto a ellos. Introducir en mi dinámica de
clase una educación socioemocional, me había transformado a mí también.
Prepararme concienzudamente para ayudarles a descubrir sus fortalezas había tenido
un efecto también en mi. Empezaba a convertirme en una docente consciente y
esta forma de desarrollar mi profesión se expandía a otros ámbitos de mi vida, contagiando
a otras personas de mi entorno. Recibía continuamente un feedback positivo, que
me animaba a seguir así y a profundizar. La meditación y la conciencia plena
del momento presente me ayudaba a seguir enfocada y a disfrutar de lo que hacía.
Fue tan agradable este
cambio, me sentía tan viva, tan querida, tan feliz, tan capaz, que me propuse
organizar todos mis apuntes y plasmé la parte teórico-práctica de mi método en
los dos libros para alumnos que publiqué el año pasado. Al mismo tiempo,
recopilaba los hábitos que habíamos instaurado en clase, las teorías psicológicas
que sustentaban nuestro día a día y fui conformando el Método Losias que hoy quiero compartir contigo. Para mí, supuso la recuperación
de la ilusión en mi carrera profesional a la vez que en mi vida personal.
¿Te gustaría conocerlo? ¿Quieres recuperar el gusto por tu trabajo y disfrutar de una clase conectada, tranquila y armoniosa?
Subscríbete al blog desde la página principal y recibe toda la información actualizada. Recibirás, también
gratuitamente, mi guía de 5 pasos para el bienestar docente.
0 Comentarios